El día 27 de abril fue atacada la caravana por la paz y observación de derechos humanos integrada por defensores de derechos humanos que se dirigía a San Juan de Copala en el Estado de Oaxaca, México. La caravana estaba integrada por observadores internacionales, periodistas, maestros e integrantes de varias organizaciones oaxaqueñas que fueron emboscados por un grupo de paramilitares, donde resultaron varías personas heridas y otras brutalmente asesinadas. Los testigos apuntan que el gobierno de Oaxaca tenía conocimiento de la visita de los internacionales pero que no hicieron nada por ayudarlos tras la matanza.
Entre estos se encontraban la activista mexicana Beatriz Alberta Cariño y Jyri Haakkola, activista finlandés de la organización Uusi Tuuli (Viento Nuevo) que se estaba preparando proyectos de ayuda al desarrollo en cooperación con la Universidad de la Tierra de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Estos proyectos tienen como objetivo promover la autosuficiencia de los pueblos indígenas, buscando la mejora de sus productos agrícolas y preservando la cultura y métodos productivos tradicionales, trabajando por el comercio justo.
Jyri estaba liderando un proyecto por un comercio justo más sostenible y nos traía de nuevo el barco Estell a tierras catalanas, un barco que hizo nacer la Fiesta de Comercio Justo en tierras catalanas el año 2000 , promoviendo sostenibilidad y sensibilización por un comercio justo con sentido a derechos humanos.
Los defensores de derechos humanos en México sufren graves y constantes abusos contra sus propios derechos humanos, dónde las autoridades llevan mucho tiempo sin mostrarse dispuestas a investigar las graves violaciones cometidas contra la población. Pero no sólo en México, es también en el Salvador, en Guatemala, en Colombia y a otros países del Sur.
Hace falta recordar que mucho del café o cacao u otros productos que nos tomamos en nuestras casas, provienen de tierras que están en permanente conflicto. Un conflicto siempre silenciado por los intereses económicos de muchas multinacionales a las que les conviene que no se sepa a qué precio están cobrando estos campesinos, que además de los sus irrisorios salarios estan recibiendo intimidaciones, señalamientos y asesinatos por grupos armados que conviven con la connivencia del estado. Estos grupos hoy en día perpetran el terror a muchos trabajadores y trabajadoras que sólo buscan una manera de sobrevivir en el día a día.
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Desde Alternativa3 estábamos trabajando con Yiry por la defensa del derechos humanos y por un comercio justo mes sostenible; y sentimos profundamente todo el sucedido y repudiamos con todas nuestras fuerzas este acto de barbarie y pedimos justicia a las autoridades competentes.
Querido Jyri, muchas gracias por hacernos creer que un mundo más justo tiene que existir. Esperamos que el barco Estelle traiga vientos de paz y comercio justo al más allá.
Teresa Palop
Observadora de paz en Colombia
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